¿Cómo es tu comunicación?
- Mónica Caballero Andrade

- 8 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Te presento algunos de los estilos de comunicación y te invito a reflexionar sobre cuál es el estilo que prima más en tu comunicación cotidiana.
Los estilos son:
Estilo agresivo:
Niega los sentimientos y derechos del otro, mediante culpabilización, insultos y otros comportamientos que dañan a esa persona.
Antepone sus derechos a los de los demás.
Controla a otros, crea conflictos e impone.
Explosivo, autoritario, ofensivo, no acepta opiniones.
Exige lo que desea.
Provoca tensión y puede ser intimidante.
Estilo pasivo:
No defiende sus intereses y hace todo lo que le dicen sin importar lo que piense o sienta al respecto.
Deja que los derechos de los demás se antepongan a los suyos, permite que otros se aprovechen.
Sigue a otros, evita conflictos.
Conducta inhibida.
Indirecto, reprime deseos, muy amable.
Estilo asertivo:
Respeta los derechos de los demás y defiendo los suyos.
Si tiene que decir que “no”, lo hace.
Pide aclaraciones de las cosas.
Se muestra seguro, adecuada valoración personal
Demuestra que escucha y entiende hechos.
Llega a acuerdos, viendo el hábito de “ganar -ganar”.
Aporta y encamina las cosas para que sucedan, cumple objetivos.
Se adapta al cambio.
Honesto, directo, amable.
Además del estilo con el cual nos comunicamos también encontramos en este proceso otras dificultades, las cuales conocemos como barreras y son aquellas que nos dificultan la transmisión y comprensión de los mensajes entre el emisor y el receptor.
Pero, ¿cuáles son aquellas barreras que encontramos con mayor frecuencia en nuestra forma de comunicarnos? Algunas de éstas son:
Oímos lo que esperamos oír.
Tenemos posiciones diferentes.
Evaluamos la información según la persona que nos la diga.
Hacemos caso omiso de la información que contradice lo que sabemos.
Las palabras significan cosas diferentes para personas distintas.
Nuestro estado emocional condiciona lo que oímos.
No sabemos la forma en que la otra persona ve la situación.
Pensar que ese otro va a poder adivinar lo que uno necesita. Por ejemplo, cuando alguien pone cara de amurrado y espera que los otros le pregunten qué le pasó, en vez de contar lo que le sucedió y por lo cual está molesto o triste.
Para mejorar en nuestra forma de comunicarnos es importante que reflexiones sobre cúal es mi estilo de comunicación predominante y qué tan útil es para expresarme de manera clara, además, pensar qué barreras pongo o encuentro en las otras personas que hacen que el mensaje no llegue de la manera clara.
Si deseamos que nuestra forma de comunicarnos y expresarnos sea cada vez mejor y nuestros mensajes cumplan con el objetivo final debemos trabajar día a día en mejor las formas, intenciones y canales por los cuales nos comunicamos, entendiendo a nuestro interlocutor y adaptando nuestro mensaje.












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