Las secuelas emocionales de la pandemia

La pandemia del Covid-19 ha acarreado diferentes consecuencias para la población a nivel

mundial, no solo en cuanto a su bienestar físico, sino también en el ámbito económico y

psicológico.

En el caso de Colombia, según una reciente Encuesta Pulso Social realizada por el DANE (septiembre, 2020) a 10.588 habitantes se encontraron diferentes afectaciones como: el 38,6% de las personas reportó haber sentido preocupación o nerviosismo en relación con esta realidad actual, principalmente aquellas personas que consideraron que su situación económica ha empeorado, o en aquellos casos en los que previamente se encontraban en situación de pobreza monetaria (en 2019) mostraron mayor prevalencia de preocupación, tristeza, dolores estomacales y dificultades para dormir; de la misma manera, las personas que no cuentan con una ocupación son las que más expresaron sentirse solas, estresadas, preocupadas o deprimidas.

Según lo anterior, podemos observar que la disminución de los medios de sustento genera

incertidumbre, ante lo cual es importante partir del hecho de que hay cosas que están fuera de nuestro control, lo cual debemos aceptar; luego, identificar aquello que si podemos controlar y al reconocer las capacidades y los recursos que contamos para solucionar dicha situación específica, llevar a cabo un plan de acción, enfocando todos nuestros esfuerzos en ello; por ejemplo, buscar en qué otras actividades podríamos desempeñarnos, qué nos falta aprender para desempeñarnos en otros cargos e ir desarrollándolo.

Por otro lado, aquellas personas que aunque cuentan con un empleo también son cabeza de hogar (36,9%) han expresaron sentir tristeza, dificultades para dormir y/o cansancio, además, que así como sobrecarga laboral y doméstica, todo ello probablemente, como consecuencia del miedo al riesgo de contagio al salir a trabar, o el tener que sopesar nuevos roles como el acompañamiento de la educación de los hijos en casa. Aquí es primordial, acatar todas las medidas de prevención, escoger fuentes confiables de información y dedicar un tiempo específico para ello, prevaleciendo los pensamientos objetivos, teniendo en cuenta que, a diferencia de otras enfermedades el Covid-19 se ha logrado descubrir y estudiar antes de que muchas personas la padezcan, se conoce como detectarlo, prevenirlo e intervenirlo, la mayoría de los casos son leves y se pueden tratar rápidamente.

Asimismo, es importante, organizar las tareas que tenemos según su prioridad y en este orden llevarlas a cabo, estableciendo un horario incluso familiar, distribuyendo el tiempo en cada rol que desempeñamos, incluyendo en él actividades gratificantes y momentos para fortalecer las relaciones interpersonales. Cabe resaltar que no necesariamente la pandemia ha ocasionado estas dificultades psicológicas, sino que ha incrementado lo que ya había pero no éramos conscientes de ello, por lo cual es importante dar mayor importancia al cuidado de nuestra salud mental, llevando a cabo las recomendaciones dadas por los profesionales de la salud para el manejo de dichos síntomas y así prevenir el desarrollo de trastornos psicológicos.